Los maestros son críticos de los funcionarios. "No saben lo que pasa en las escuelas", dicen, y así les restan legitimidad. Los alumnos critican a los profesores: "Son aburridos, faltan mucho y a veces te preguntan lo que no dan", cuestionando su derecho a exigirles.
Al mismo tiempo, los maestros cuestionan a los padres: "No ponen límites, no se ocupan de sus hijos como deberían", y así ponen en duda sus demandas. Los adultos dicen que los chicos y jóvenes ya no son como eran ellos: "No se esfuerzan y sacrifican como en el pasado". La sociedad cuestiona a los políticos y a los sindicatos docentes: "No nos están garantizando la educación que nos merecemos".
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jueves, 16 de octubre de 2008
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